La economía invisible
La revolución industrial separó lo que durante la primera ola se conocía como
los prosumidores, quienes eran aquellas personas que consumían lo que producían.
Con esta separación nació el concepto de lo que hoy en día conocemos como productores y
consumidores. Lo anterior representó la rápida prolongación del “mercado o red
de intercambio” ( TOFFLER, Alvin, “El
resurgimiento del prosumidor”, en: La
tercera ola, Plaza & Janés, Bogotá, 1980) Todo esto ayudó en la
facilitación de transportar mercancías o servicios y acorto distancias.
Luego de haber atravesado por la segunda ola, pasamos a lo que se llama “producción
para el uso” la cual era una sociedad industrial que sostenía una “producción
por el intercambio”, era una economía de prosumidores.
Si bien en la primera ola existía una cantidad determinada de producción
para el mercado, en la segunda ola sucedía lo mismo pero para su propio uso,
por este motivo es importante considerar que la economía se encontraba
compuesta por el primer sector que incluía
todo trabajo no pagado que era realizado por las mismas personas, allegados, familiares
o el mismo pueblo. Y por otro sector el cual se encargaba de toda “la producción
de bienes y servicios para su venta o permuta a través de la red de intercambio”
y que por el contrario del primer sector
su producción para el uso era mínimo.
Por el contrario en la segunda ola, la producción para el mercado de
bienes y servicios se incrementó de tal manera que los economistas se olvidaron
por completo de la existencia del sector que incluía trabajo más no era pago.
Dado esto y el gran interés por las producciones destinadas al mercado, el
nombre de prosumidor se hizo notar.
Las actividades de trabajo no pagado, como lo era el de las mujeres que
atendían su hogar y las tareas concernientes que este requería (crianza de los
hijos, limpiar, lavar, cocinar) fueron ignoradas por completo y se reconocían
como “no económicos”. Sin importar que el sector que tenía la economía visible,
en este caso los encargados de producir bienes y servicios no habrían podido
existir sin la ayuda del sector marginado. Es decir, ¿qué habría pasado donde
nadie se hubiera quedado en casa cuidando de los hijos? ¿Dónde se encontraría
la siguiente generación de productores? Es obvio que para que una generación tenga
los resultados que se espera se tienen que poner el suficiente cuidado y
dedicación para lograr un buen desempeño. También era necesario socializarlos a
la cultura, que desde pequeños tuvieran clara la manera de hablar, de vestirse,
de actuar y hasta tener la noción de como producir en un futuro. Pero lo anterior no les importó a los economistas, pues a pesar que
sabían que los dos se necesitaban mutuamente nunca aceptaron la importancia del
sector X.
Imagen:http://www.historiacultural.com/2010/07/causas-revolucion-industrial.html
2da imagen:http://historiauniversal4eso.blogspot.com/2011/11/la-revolucion-industrial.html
Toffler nos hace analizar el cambio que se esta dando respecto a las formas de producción
y de la manera con la que últimamente la sociedad ha ido recapacitando acerca de la importancia que tiene el prosumidor. La manera en la que el mercado se está transformando nos permite observar cómo
las personas están comenzando valerse por sí mismas y modifican la dirección del
mercado, tanto así que lo que está haciendo es desplazar la producción desde el
sector Y al sector X.
Para finalizar es importante resaltar que el autor
Alvin Toffler, se basa de lo que había ocurrido y estaba ocurriendo en la
humanidad, de esta forma le quedaría mucho más sencillo describir a donde
llegaría el mundo en el momento en el que la era industrial llegara a su fin.
La lectura permite comprender como afectaron los procesos de globalización a la
evolución humana y cultural.
TOFFLER, Alvin, “El resurgimiento del prosumidor”, en: La tercera ola, Plaza & Janés, Bogotá, 1980
http://cibercomida.blogspot.com/2012/04/la-tercera-ola-alvin-toffler.html
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